Recortes en el agua

22 septiembre 2006

En voz más alta no es con más razón

No soporto la tensión que me crea que me griten. Recibo sesiones de rehabilitación foniátrica. No sé gritar, es más, cuando lo intento quedo afónica. Y sin embargo a veces yo también tengo razón cuando hablo.
Así que no piensen que por gritarle a su interlocutor tienen más razón, por favor. No alce la voz y deje de gesticular con tanto énfasis porque con ello lo único que hace es invadir el espacio del otro y violentarlo por tanto.
Cuando se dialoga no hay que hacer al otro cambiar de opinión, todos podemos pensar como antes de la conversación, aunque ahora conocemos el punto de vista de los demás (y no se les respeta ni menos ni más por su opinión), durante un diálogo se puede interrumpir e incluso hablar a la vez en algún momento, pero no hace falta gritar.
Las conversaciones y los diálogos enriquecen y acercan a las personas, no tienen que cambiarnos ni viloentarnos, y sobre todo, son una libertad, no una condena.

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21 septiembre 2006

Impresionante viaje en minibus

Sevilla, centro histórico. Nueva línea de minibús de ocho asientos, recorrido de un kilómetro y medio, circular, con forma de triángulo de tres lados iguales.
Parado en una calle, subo y sale, sólo viajo yo con el conductor, 8 y 17 minutos de la mañana. Tiempo de recorrido de 500 metros hasta la siguiente parada, 18 minutos. Causa de la demora, un semáforo que deja pasar unos cuatro vehículos por minuto, que salen de esta calle (en la que confluyen cuatro calles que vienen del centro) a la avenida Menéndez Pelayo. Media diaria de pasajeros en el minibús: 10, cantidad de vehículos: dos.
En el coche de San Fernando -un ratito a pie y otro andando- a paso relajado se tarda 10 minutos en hacer este recorrido. Supuesto para subir: cansancio, prisa por subir a otro autobús, vagancia...
Horario: no tiene, ayer vi pasar dos, uno pisando los talones al otro que intentaba correr, aun a riesgo que golpear la cabeza de un viandante con el espejo retrovisor.
Cuestiones: Cuál es la utilidad de esta nueva línea? Es de sentido común este gasto energético y humano? Para qué se cambian los permisos del semáforo justo cuando nace esta línea? En definitiva, es un absurdo o yo soy muy exigente?

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19 septiembre 2006

Cuando somatizamos nuestros problemas

Ese dolor de cabeza pertinaz, ese bultito de grasa nuevo en tu cuerpo, ese herpes en el labio, esa contractura muscular en la espalda, esa caída de pelo repentina, y otras muchas formas es a menudo la somatización de problemas que rondan nuestra mente.
A veces es estrés, a veces un asunto puntual, no siempre queremos enfrentarnos o asumir que tenemos que tomar una decisión, y termina por salir a flote a través de nuestro cuerpo, desviando la atención hacia algo físico que parece más grave, mejor ir al médico.
Los profesionales de nuestro cuerpo, naturópatas, convencionales, tratamientos alternativos, homeópatas, muchas veces no pueden dar con la tecla porque lo que necesitamos es un profesional de nuestra mente; un psicólogo, o un amigo.
Reconoce el problema que está en tu mente, enfréntate, toma una decisión, elige, tu cuerpo te lo agradecerá.

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18 septiembre 2006

Evitar malinterpretaciones

Para enfrentarse al enemigo hay que conocerlo, y quizá se le pueda vencer.Es una simple cuestión de sentido común, no hay que ser un gran estratega.
Y ello me viene por lo que ha vuelto a ocurrir en relación a los fieles de religión musulmana, a quienes hemos vuelto a insultar, aunque nos disculpemos. Ya caricaturizamos a Mahoma en una viñeta, ignorando que no se puede "pintar su imagen", ahora recordamos citas de textos arcáicos no se sabe a cuento de qué y para qué... Y al final siempre disculpándonos...
Hay que ser más respetuoso y más cuidadoso cuando se puede insultar a otra persona, pueblo o nación, hay que conocer para hablar, y no digo saber, porque eso es demasiado difícil. Cuando se conoce se puede respetar, y será menos necesario recular, disculparse, e incluso lamentar hechos que por otra parte son absolutamente injustificables.
En definitiva, como en todo en la vida, hay que conocer al adversario para enfrentarse a él, y en este caso que hoy refiero, el "otro" está demasiado sensible como para permitir que las palabras sean "interpretables".

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