Evitar malinterpretaciones
Para enfrentarse al enemigo hay que conocerlo, y quizá se le pueda vencer.Es una simple cuestión de sentido común, no hay que ser un gran estratega.
Y ello me viene por lo que ha vuelto a ocurrir en relación a los fieles de religión musulmana, a quienes hemos vuelto a insultar, aunque nos disculpemos. Ya caricaturizamos a Mahoma en una viñeta, ignorando que no se puede "pintar su imagen", ahora recordamos citas de textos arcáicos no se sabe a cuento de qué y para qué... Y al final siempre disculpándonos...
Hay que ser más respetuoso y más cuidadoso cuando se puede insultar a otra persona, pueblo o nación, hay que conocer para hablar, y no digo saber, porque eso es demasiado difícil. Cuando se conoce se puede respetar, y será menos necesario recular, disculparse, e incluso lamentar hechos que por otra parte son absolutamente injustificables.
En definitiva, como en todo en la vida, hay que conocer al adversario para enfrentarse a él, y en este caso que hoy refiero, el "otro" está demasiado sensible como para permitir que las palabras sean "interpretables".
2 Comentarios:
del tiempo de los romanos. No recuerdo de quién es la cita:
Soy dueño de mis silencios y exclavo de mis palabras.
La piedra que tengo en la mano es mís pues puedo retenerla o lanzarla pero aquella que arrojé ya no es mía ni tiene movimiento hacia atrás.
La ambiguedades se limpian con los contextos, también se podría hacer un esfuerzo por intentar comprender a los demás sin tantos prejuicios personales, que parece que hay gente dispuesta a saltar como la liebre cuando otro abre la boca...
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