Recortes en el agua

13 septiembre 2012

La emoción te hace el ser racional que eres

Quién no ha escuchado a alguien decir sobre otro que es una persona muy racional...o demasiado emotiva? Estamos muy lejos de describir a los demás o a nosotros mismos con conceptos como tales.

Según el eminente neurocientífico portugués Dr. Antonio Damasio, que las emociones son los pilares sobre los que edificamos nuestra racionalidad y basamos nuestros procesos de decisión internos, si bien afirma que el proceso aún es confuso y hay un debate sobre el orden del proceso emocional (siempre todo organizado).

Los estímulos exteriores dan lugar a las diversas emociones que nos causan sentimientos negativos o positivos como el miedo, el desagrado, la frustración, la tranquilidad, el entusiasmo o la confianza. El cuerpo reacciona físicamente a esas emociones de forma automática e inconsciente (procesos fisológicos: salivación, sudor, lágrimas, frío, temblor) y ello es recibido -o ignorado- por el cerebro, que procesa la información mediante los neurotransmisores.

Con ello se alinea Eduardo Punset (escritor, abogado, economista) al afirmar en El alma está en el cerebro que emoción y sentimiento nos ayudan cada día a decidir qué queremos hacer con nosotros mismos.

Así, cada día podemos cambiar, a pesar de haber creado nuestro modelo del mundo y el mapa de nuestros sentimientos e ideas basados en la información que nos da nuestro cerebro de que somos invariables.

Cualquier estímulo puede provocar una emoción diferente a la archivada en el cerebro, que desencadene cambios en nuestra mente. Una melodía, un olor, confundir a alguien con otra persona...puede llevarte a una nueva percepción de la realidad y desmontar el fundamento de tus decisiones.

Gracias al buen funcionamiento del cerebro, permanecemos habitualmente invariables y creemos que tenemos ideas muy fundadas difíciles de cambiar e incluso no queremos que cambien porque creemos saber conscientemente cómo queremos ser.

Sin embargo, podemos cambiar en muy poco tiempo y dejar de ser lo que pensábamos que éramos, porque la solidez de nuestras ideas, pensamientos y decisiones penden del hilo de las emociones, y por lo tanto sólo es necesario que se de el estímulo.

Y tan maravilloso como es el mestizaje, la variabilidad y la diversificación, es cambiar tu pensamiento y tus ideas, cada vez que un buen estímulo se superponga al mapa de forma de ser que tu cerebro ha dibujado. Es una posibilidad de crear y experimentar oportunidades rechazadas, experiencias prohibidas y paisajes interiores inexplorados.


Etiquetas: , , , , , , , , ,